lunes, 26 de junio de 2023

Una comida tradicional catalana en Petit Comité

Muchos son los restaurantes que esconden una historia familiar, una saga, un apellido... pero también los hay que tienen detrás una historia de amigos. Un recorrido histórico por la cocina de Petit Comité nos lleva del primer Fermí Puig al actual Carles Caig pasando por Nandu Jubany. ¿Hay mejores embajadores del recetario tradicional catalán? Pocos serán. Y este poso va quedando en este elegante restaurante del centro de Barcelona.


La carta es un muestrario de las recetas tradicionales catalanas según temporada con producto de cercanía. La pasión por la gastronomía catalana se percibe y se transmite desde la cocina al comensal gracias a la gran labor de todo el personal de sala.

Siendo sinceros, nos fue muy difícil elegir porque queríamos probarlo todo. Optamos por compartir buñuelos de bacalao, croquetas de pollo "rostit" y un par de anchoas XL de la Escala.


Por supuesto, no podría faltar la estrella de la casa: el canelón Caig con crema de trufa. Sabor, intensidad, aroma.

Del mar, elegimos unos calamarcitos de playa con alcachofas, que nos sorprendieron mucho, sobre todo, acostumbrados como estamos en el sur a comer los calamaritos de otro modo.


No podíamos cerrar sin otro clásico: la crema catalana, a la manera de la casa. Mantiene la esencia aunque versionada: textura de espuma y toques cítricos en el interior.



miércoles, 14 de junio de 2023

Brasas más producto: Horma Ondo

La historia del asador Horma Ondo es una historia de amor, el amor a la tierra, el amor a las brasas y el amor de la familia, la de Mikel Bustinza y su mujer Jayne Hardcastle, una inglesa criada en Ibiza que está a los mandos de la cocina juntos a su hijo Jon, mientras que su hija Olatz dirige la sumillería y se encarga junto a su padre de la sala.


No hay magia, solo un producto de enorme calidad y de proximidad y un control absoluto del fuego en una parrilla de cinco metros, que les ha hecho ser uno de los asadores de referencia. Situado a escasos 15 minutos de Bilbao, en Larrabetxu, en una imponente casería desde el que se disfruta de unas preciosas vistas al Valle de Asúa, es poseedor de un sol Repsol, un reconocimiento a la sencillez y la calidad.


De aperitivo, qué mejor que un caldo y patata brava y de entrantes unos hongos "Boletus Pinícola" a la brasa con salsa Perigord y unas deliciosas croquetas de jamón ibérico a la brasa.


Seguimos con unos espárragos naturales de Navarra con crema de leche de almendra, un bocado muy fino y muy elegante.


Y un sublime huevo de caserío escalfado con puré de patatas braseado, pimientos rojos asados a la leña de haya y aceite de trufa blanca, lleno de sabor y untuosidad.


Como principal, solomillo de ganado mayor a la brasa, acompañado por una ensalada de lechuga y cebolla.


Los postres también merecen una mención: tanto la torrija a la brasa con helado de almendra como la cuajada de leche de oveja natural como la alternativa a que nos dieron para un comensal con intolerancia a la lactosa: naranja a la brasa con sorbete de mango.

martes, 6 de junio de 2023

Pachamama, el rincón peruano

Con influencias españolas, africanas, japonesas, chinas o italianas, la gastronomía peruana es reconocida como una de las mejores del mundo. En la cocina peruana se encuentra el pasado y el presente, oriente y occidente, fruto de avatares históricos tales como la importancia de las culturas precolombinas, la llegada de los españoles en el siglo XVI --que ya arrastraba las influencias árabes--, los movimientos esclavistas desde África, la llegada de los franceses tras la revolución y las migraciones chinas, japonesas e italianas del siglo XIX. Con estos mimbres, el cesto no podía ser sino sublime, como lo es un recetario con casi 500 recetas.


En Málaga, la puerta de embarque para disfrutar de un viaje gastronómico a la cocina tradicional peruana está en la céntrica calle Beatas, en un colorido local en el que se ofrecen los platos más típicos de esta zona andina junto a cócteles divertidos y variados (no os perdáis el magnífico pisco). Su nombre, La Pachamama


La carta es amplia y recoge los mejores piqueos --causa limeña, anticucho, tequeños...--, varios ceviches --de lenguado, atún, salmón, atún pescado y mariscos-- y los platos más emblemáticos de la cocina nikkei (fusión de japonesa y peruana) como los tiraditos y los makis y chaufa (china y peruana) como el arroz chaufa o los tallarines salteados con tofu.


En nuestra última visita disfrutamos del ceviche mixto, que tenía pesacdo, langostinos, zamburiñas... y una exquisita y potente leche de tigre y del arroz chaufa, salteado con pollo y cerdo.


También pedimos un trío de makis, que incluía cinco piezas del maki acevichado (tradicional maki de la fusión peruano-japonesa, con salmón, queso crema, aguacate y langostino al panko, bañado con salsa acevichada), cinco de maki al olivo (maki de pulpo, aguacate y salsa de aceituna morada) y cinco de murai (maki de salmón, aguacate y queso crema rebozado).


Y terminamos con el anticucho, unos exquisitos pinchitos de corazón de ternera bien aderezados con especias peruanas.