Principales
El menú Reivindicación --tras los aperitivos y entrantes-- se abre con una magistral ensalada de quisquilla con nieve de tomate rosa, donde el pepino le aporta frescura y crujiente; la crema del coral de las quisquillas y la crema de galeras, potencia; el gel de yuzu, un ligero toque cítrico; y la nube de tomate rosa, diversión y umami. Un plato redondo acompañado de una copa de Tenta2, un interesante vino orange 100% verdejo.
Y seguimos con un tierra y mar verdaderamente rico: cangrejo real, papada ibérica y pimienta de Sichuan, un plato delicado y sedoso.
[ensalada de quisquilla con nieve de tomate rosa] |
Zanahoria escabechada al estragón es el siguiente plato, sobre una crema de morillas y con aportes crujientes de avellanas. Un plato con sabores a tierra profunda.
[Zanahoria escabechada al estragón] |
[Cangrejo real, papada ibérica y pimienta de Sichuan] |
El penúltimo plato es una raya a la mantequilla negra, un suave y elegante, en el que las alcaparras, el mango y la mostaza le aportan los toques divertidos. Para estos últimos platos, Finca La Reñana 2015, de las bodegas Luis Alegre (D.O. Rioja).
[Raya a la mantequilla negra] |
El único plato de carne del menú es una costilla de vaca Angus con salsa Foyot y foei, cocinada a baja temperatura y rematada con trufa negra. El único tinto del maridaje es este AMI Bourgogne Albin 2020, pinot noir, una edición muy limitada de un vino elegante y largo en boca.
[Costilla con salsa Foyot y foei] |
Postres y fin de fiesta
Con un Vin de Paille de Côte du Jura 2012, llegan los postres: el primero, Cítricos --calamansí, limón, naranja, jengibre, cúrcuma y sésamo en diferentes elaboraciones sólidas, cremosas y sedosas--, aporta el frescor necesario en este punto del menú.
Y tras el clásico postre de cítricos, la no menos clásica combinación chocolate-leche-café, que se termina de elaborar frente al comensal ultracongelando el café con leche con nitrógeno... un poquito de espectáculo y de nuevas elaboraciones para hacer más divertido el postre con el que termina el menú.
Para el café, los malabares dulces aparecen bajo un payaso un tanto robótico: dos bombones y un sándwich de limón.
Sin duda, Paco Roncero y su equipo consiguen que la tradición y la vanguardia gastronómicas se dan la mano con coherencia para crear una experiencia elegante y divertida, de esas que permanecerán mucho tiempo en la memoria.
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