domingo, 28 de julio de 2019

Restaurante Yerbagüena en Campillos: ¡Viva la comida!

Algo tendrá Campillos cuando lo bendicen. Algo habrá en este municipio del noroeste de la provincia de Málaga para que de allí hayan salido el talento de Diego y Cristina (Palodú) o la pasión de Javier Carmona, que comanda un templo gastronómico andaluz: el restaurante Yerbagüena. Archiconocido por su propuesta de corte vertical del jamón, Javier es todo un personaje: trato cercano, incontinencia verbal para abrir una caja de incontables anécdotas, coherencia en lo que hace y dice y amor por el vino.

[Restaurante Yerbagüena. Detalles del interior]

A las afueras de Campillos nos encontramos una casa de campo con tres espacios bien diferenciados: una barra con dos o tres mesas altas para los que optan por un picoteo informal, un acogedor salón con mesas vestidas alrededor de una chimenea y un amplio espacio con escenario, para eventos. Y dos corazones: la cocina y la cava. En la cocina --tras Fran Muñoz, padre gastronómico de Yerbagüena, y Carlos Tirado, ex de Arxiduna--, manda Berta Soria, otro gran talento con experiencia en las cocinas de Pepe Solla, maestra en los puntos de cocción de los arroces, los fritos, los asados... es decir, en lo que significa cocinar con mayúsculas. En la bodega, el jefe es Javier, que disfruta como un niño enseñándote sus últimos descubrimientos, buscando la armonía perfecta para nuestra comanda.

[Bodega]

Comenzamos con una excelente manzanilla en rama: Solear Saca de Verano 2019, para acompañar un espectacular lomo ibérico, mientras le echábamos el ojo a una carta que queríamos pedir al completo. Para la comida, optamos por un Comenge Crianza 2013, una bodega familiar de Ribera del Duero.

[Solear en Rama. Manzanilla Saca de Verano 2019]
[Comenge Crianza 2013]

La carta se abre con una amplia variedad de sugerentes propuestas para compartir y continúa con los platos más contundentes divididos en Entrantes, arroces, pescados, carnes y postres. Nosotros optamos por compartirlo todo y abrimos nuestra comida con el tartar de gamba blanca con ajoblanco, un plato fresco, sabroso y muy malagueño. 

[Tartar de gamba blanca con gazpacho malagueño]

Continuamos con unos ravioli de carabineros y langostinos con setas de temporada, sabores intensos a mar y campo en un conjunto muy elegante. El protagonismo de un producto de primera calidad y la honestidad en la cocina son evidentes.

[Ravioli de carabineros y langostinos con setas de temporada]

Huevos con patatas y trufa son el icono de la casa, el plato que más sale en esta década larga de historia de Yerbagüena, y con razón. Un verdadero icono de estos tres elementos que son sinónimo de éxito, máxime cuando el punto de las patatas y el huevo rozan la perfección.

[Huevos con patata y trufa]

Y de principal, un arroz de gamba roja. El aroma inunda la mesa y anticipa, en estos minutos de reposo, la seriedad de lo que acaba de llegar. El color nos descubre un fondo hecho con esmero. Y el sabor... potente y marino. El punto del arroz, el suyo, ni más ni menos.

[Arroz de gamba roja]

A la hora del postre, nos quedamos con un tocino de mango con helado de pistacho excelente (sustituto estival del tocino de castaña de la carta, más propio del otoño) y una tarta de manzana crujiente templada con helado de Baileys brillante.

[Tocino de mango con helado de pistacho]
[Tarta de manzana crujiente con helado de Baileys]

En la barra, al entrar, habíamos visto una botella de Malus Mama, que habíamos probado en Azurmendi, y Javi tomó el guante y nos invitó a que probáramos esta otra sidra de hielo, Ispania, del corte del Malus Mama pero más ácida y fresca, más adecuada al calor actual, menos densa que su prima vasca. La selección de 2017 consta de 350 botellas únicamente y dimos cuenta de la 163 del lote.


Javi se empeñó en que no nos fuéramos sin una copa y nos deleitamos con un clásico entre los clásicos, un gin lemon de la ginebra Xoriguer, que tiene sus orígenes en la ocupación de las islas por los británicos.


Yerbagüena es uno de los grandes referentes gastronómicos de nuestra provincia. Cocina andaluza honesta, plena de sabor y cariño que llega al comensal gracias a un equipo de categoría, entregado en la misión de que el disfrute sea máximo y la experiencia inolvidable. Una propuesta gastronómica de nivel con producto de categoría, elaboraciones tradicionales adaptadas a la realidad culinaria del siglo XXI en las presentaciones, texturas e influencias clásicas. De esos sitios a los que hay que volver una y otra vez.

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