De la fusión de Rías de Galicia y Espai Kru, que antes ocupaban planta baja y primera planta de un local que ahora es único, ha resultado un restaurante con una carta muy versátil que, aunque parezca difícil, ha conseguido mantener la esencia de ambos: por una parte, la de una marisquería gallega clásica y, por otro, la de una propuesta gastronómica de influencia japonesa basada en los crudos.
Hablamos de RíasKRU.
En nuestra visita
decidimos aprovecharnos de esa variedad y versatilidad para configurar un menú un tanto especial. Comenzamos la comida con croquetas: primero, como aperitivo cortesía de la casa, unas
croquetas de bacalao con toque japo y, a continuación, de la carta, unas sabrosísimas
croquetas de gamba y centolla.
Para probar algo de sushi, optamos por unos nigiris (de atún toro y de gamba). Espectaculares. Y seguimos con un canalón largo de centolla.
Y como teníamos antojo de
arroz, optamos por uno propio de la temporada otoñal
con setas de temporada y queso gorgonzola.
Y si la doble carta es buena, la de postres es toda una tentación. Son pocos pero más que bien avenidos. Probamos
la torrija con helado de almendra y turrón y el flan de mascarpone con fresas y lima. Ambos deliciosos.
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