miércoles, 4 de enero de 2017

Gastrocolaboración. Docamar, las mejores bravas de Madrid

Hoy es un domingo cualquiera del otoño-invierno madrileño; un domingo cualquiera de un año cualquiera; es esa hora aproximada de la salida de misa de doce… Y existe un lugar en Madrid que comienza a llenarse de gente, donde los niños son los protagonistas. Se trata de la Plazoleta de Quintana, en el 337 de la archiconocida calle Alcalá.

[Plazoleta de Quintana]
[Compra-venta de cromos y monedas]

Es el lugar donde tradicionalmente los madrileños terminamos nuestra colección de cromos del año. Entre las doce y la una de los domingos, la plaza se llena de familias con niños con sus mazos de cromos y su lista con los números que faltan (ahora más sofisticada, realizada en una hoja de cálculo). Actualmente, la colección estrella es la de los equipos de fútbol, pero por la plaza ha pasado desde Hello Kity hasta los cromos Nina y las mariposas (para los antiguos).

Ahí se acude, generación tras generación, a cambiar los cromos que, después de distintos intentos en el “cole” sigues teniendo “repes” y buscando aquellos que te faltan. Mientras el compañero de cambio de turno te enseña su mazo de cromos y se escucha la cantinela de fondo de “sile, sile, sile” hasta que llegamos al “nole” y comienza la negociación. Uno por uno, uno por dos...

[Bar Docamar]

Lógicamente, no hay domingo que se precie que no vaya acompañado del tradicional aperitivo y para ello contamos con el sitio idóneo en la plaza, cada año más sofisticado. El Docamar, que ahora cuenta con terraza, barriles al sol, setas de calor en invierno, pulverizadores de agua en verano... pero lo que continúa igual año tras año son sus cañas, espuma incluida y sus patatas estrella, “las bravas”.

[Docamar, sinónimo de caña y bravas]

Creo que no me equivoco si afirmo que son las mejores patatas bravas de todo Madrid. Tienen una salsa ni muy picante, ni poco, en su justa medida, que atrae a los paladares más exigentes. Por supuesto, también podemos resaltar otras especialidades como las patatas ali-oli, la oreja a la plancha, o las alitas de pollo fritas.

[El sabor de las bravas, desde 1963]

  • Cristina Ibáñez es madrileña y conoce bien esos rincones que su ciudad guarda con celo desde hace años. Docamar es visita obligada cada vez que va a la capital a ver a la familia. Nuestro agradecimiento por compartir este rincón.

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