miércoles, 13 de julio de 2016

Gastroescapada a Santander

Aprovechando la estancia en Bilbao (que, como os conté, nos llevó a Kokken, Atea, Los Fueros y Nerua) decidimos acercarnos a Santander a pasar el día. Desde la estación de autobuses fuimos paseando por todo el litoral de la capital cántabra hasta la playa del Sardinero y, por supuesto, tuvimos ocasion de disfrutar de algunas tapas y pintxos en un par de bares del centro de la ciudad.

[La pared de las palabras]
[Los raqueros]
[Playa del Sardinero]

Vermutería La gilda
Decidimos tomar el aperitivo en una vermutería que encontramos a nuestro paso de ambiente agradable, decoración de esas que hoy se denominan vintage, buena y amplia selección de vermús y pintxos correctos. Para acompañar los vermús optamos por un par de gildas (para hacerle los honores al nombre del local y a las famosas anchoas de la zona) y unos molletes: de salmón ahumado, queso de cabra rúcula y eneldo y de foei, virutas de cecina, queso Bejes-Tresviso (no puedo esconder mi debilidad por este queso) y aceite.

[Vermutería La gilda]
[Pizarras de La gilda]
[Vermú]
[Gildas]
[Mollete de salmón ahumado, queso de cabra, rúcula y eneldo]
[Mollete de foei, virutas de cecina, queso Bejes-Tresviso y aceite]


Restaurante Cañadío
En el número 15 de la calle Gómez Oreña sienta cátedra a diario Paco Quirós con su constante revisión y actualización de la cocina cántabra. Desde fuera se percibe el señorío de los establecimientos emblemáticos, de esos lugares únicos donde pasan cosas únicas. El interior bulle vida y deleite en todas y cada una de las personas que ocupan las mesas y que se acodan en una barra cuajada de pintxos tan atractivos y sugerentes como las piedras preciosas de las coronas de los reyes.

[Cañadío]

Y como no somos de resistirnos a las tentaciones, antes de abrir la carta ya estamos pidiendo unos pintxos. Preguntamos al camarero de qué es cada uno (creo que mero formalismo porque ya estamos entregados a casi todos) y optamos por el de bacalao, el de merluza frita y el de pimientos rellenos.


[Pinchos de bacalao, merluza frita y pimiento relleno]

Junto a las bebidas llegan también unas cremosas croquetas de queso y, como principal, elegimos un estratosférico pulpo a la brasa con patatas al pimentón y mayonesa de mango, interesante ejemplo de esa vuelta de tuerca que Paco Quirós suele darle a los platos tradicionales de la gastronomía local.

[Croquetas de queso] 
[Pulpo a la brasa, patatas con pimentón y mayonesa de mango]

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