jueves, 3 de septiembre de 2015

Gastroescapada a Córdoba

Nadie debería dejar pasar la vida sin dar un paseo por el centro de Córdoba en primavera. Los alrededores de la Mezquita-Catedral, las callejuelas de la Judería, el Puente Romano, el Alcázar de los Reyes Cristianos... componen una estampa inigualable, Andalucía al cien por cien, sobre todo cuando los naranjos están floreciendo. Y, ya puestos, aprovechad la visita nocturna al Alma de Córdoba, su Mezquita-Catedral, espectáculo verdaderamente imponente.

Nuestra gastroescapada, de 36 horas, dio buena cuenta de ambas actividades: el paseo por el centro de la que fue capital del Califato y la visita nocturna al probablemente más impresionante monumento de Andalucía. Pero, por supuesto, el buen yantar igualmente tuvo un papel protagonista.

Comenzamos con unos clásicos en un clásico: El Caballo Rojo, que desde los años 60 del siglo pasado se preocupa de dar de comer a escasos metros de la Mezquita-Catedral, bien enclavado en el barrio de la judería cordobesa. Los clásicos: el salmorejo y el flamenquín, dos instituciones culinarias cordobesas. Quien me conozca sabrá que el salmorejo es una de mis predilecciones. El salmorejo y cualquiera de sus primos: el gazpacho, la porra, el zoque... clara muestra de que la sencillez llama a lo sublime.

[Entrada a El caballo rojo, Córdoba]
[El caballo rojo. Calle del Cardenal Herrero, 28. Córdoba]
[Salmorejo]
[Flamenquín] 
[Setas salteadas]

Y como consecuencia de lo anteriormente dicho, nuestra segunda parada de la noche fue en la Salmorejería Umami, espacio que tengo entendido que ya ha cerrado. Manteniendo los cuatro ingredientes básicos del salmorejo (ajo, aceite, pan y agua de tomate) proponía la reinvención de este plato tradicional. Mi pasión declarada por el salmorejo nos hizo probar la experiencia y he de confesar que no colmó mis expectativas. La experiencia, no obstante, fue interesante aunque las creaciones eran un tanto irregulares.

[Umami es un vocablo japonés que significa sabor agradable, gustoso o delicioso]
[Salmorejo tradicional, de remolacha con ralladura de queso y con mejillones y granizado de vermú]
[Salmorejos dulces: de yogur blanco y frutos rojos liofilizados, de chocolate y frutos secos y de plátano]

Al día siguiente optamos por El churrasco, restaurante del que soy reincidente y en el que siempre disfruto de una excelente experiencia. Por cierto, me hizo mucha ilusión ver que Paco Morales llevó a Mario Sandoval a El churrasco en el programa Tapas y barras en Córdoba. Situado en el centro del centro de Córdoba, es el lugar de referencia para disfrutar de la tradición cordobesa.

Empezamos pidiendo salmorejo y fue el camarero, que nos atendió y nos ilustró en la tradición de su ciudad, quien nos contó que en Córdoba las berenjenas fritas se hacen cortadas longitudinalmente y sobre ellas se extiende el salmorejo, comiéndose ambos platos en un solo bocado. Aceptamos su sugerencia (él mismo nos lo preparó en la mesa) mientras comentábamos cómo en Málaga se comen también, en trozos más finos y pequeños y con miel de caña.

[Berenjenas fritas y salmorejo tradicional]

De plato principal, rabo de toro estofado con patatas. La carne se deshacía en tiernos hilos. Una delicida. Y de postre, leche frita con helado de canela (aunque la próxima vez caerá el tocino de cielo o la torta cordobesa, aviso).

[Rabo de toro con patatas]
[Leche frita con helado de canela]

10 comentarios:

  1. En Córdoba el salmorejo y el rabo de toro hasta en las pizzas. Que bien se come alli y que ciudad tan bonita.

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  2. En mis dos últimas visitas a Córdoba no desaproveché la ocasión para, a pocos metros de la judería, obsequiar a mi estómago con los tradicionales salmorejo (del cual también soy devoto) y flamenquín. Para próximas visitas me aventuraré a seguir algunas de tus sugerencias, seguro como estoy de tu buen criterio y de que Córdoba ofrece maravillas al estómago a la altura de las que ofrece a la vista.

    Sergio

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  3. Me encanta esta entrada. Córdoba es, sin duda, uno de las mejores ciudades andaluzas para tapear.

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  4. Coincido contigo en el gusto por el salmorejo. Cuando lo probé en Córdoba, en una taberna de ambiente taurino, supe por qué este plato tan andaluz tiene a Córdoba como referencia. Había probado la porra antequerana, riquísima, pero es cierto que el salmorejo en esta ciudad de cuento es sobresaliente.

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  5. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y me alegra enormemente que la entrada, gracias a vuestras aportaciones, se haya convertido en oda y apología del salmorejo.

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  6. Creo que voy a tener que hacer una escapada a Córdoba. En casa, según llega el verano, no falta el gazpacho en la nevera. Tendré que introducirme en el arte del salmorejo.

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  7. Me llena de orgullo (y satisfacción), leer semejantes alabanzas de la cocina que es parte de mi vida, como buena cordobesa que soy. Solo te falta tomar una tacita de caracoles por el mes de abril...:)

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  8. No se pueden leer estas cosas con la barriga vacía y luego irse a cenar un sandwich vegetal. Eres cruel.

    ¿Para cuándo una Gastroguia en papel?

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  9. Tienes toda la razón, Mari Carmen. Y me encanta eso de "tacita de caracoles".

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