miércoles, 12 de diciembre de 2018

Ristorante Maccheroni, icono romano

[Piazza Navona]
Hemos tenido la suerte de volver a Roma hace unas semanas, una de nuestras debilidades por cuanto encierra de historia y de arte y, por supuesto, por lo bien que se come. Si bien la última vez nos quedamos en la zona del Trastevere, en esta ocasión hemos aprovechado para volver a otras zonas de la Ciudad Eterna.

Por esas casualidades de la vida, unos días antes tuve ocasión de hablar con José Alberto Garrido, socio y gerente de KGB y Wendy Gamba, como sabéis, quien me hizo varias recomendaciones de restaurantes y pizzerías, donde él mismo estuvo hacía pocos meses. Entre las sugerencias que nos hizo, hizo especial énfasis en que visitáramos el Ristorante Maccheroni y, aprovechando que queríamos volver a visitar el Panteón y la Piazza Navona, hicimos una reserva para cenar allí.

Esta céntrica zona se caracteriza por sus estrechas calles adoquinadas que se van abriendo a plazas emblemáticas, como las mencionadas Piazza Navona o Piazza della Rotonda, por las que turistas de todo el mundo tratan de inmortalizar con sus cámaras cada rincón, cada fuente, cada escultura, cada edificio... todo salpicado de ristorantes, trattorias, salumerias, pizzerías, osterias o gelaterias donde disfrutar de la mejor gastronomía italiana.

[Panteón de Agripa]

El ristorante Maccheroni es todo un icono de la cocina romana. No en vano descubrimos, mientras preparábamos este artículo, que Michelle Obama eligió este restaurante hace unos años para escaparse a cenar durante la visita a la capital italiana. Situado en la Via delle Coppelle, el restaurante se divide en dos partes: la planta principal y un sotáno, por los que se reparten las mesas en salones íntimos, con decoración rústica y tradicional, paredes con zonas de ladrillo visto y arcos que separan los espacios, creando un ambiente muy acogedor y familiar.


Nos ubicaron en el sótano --nada de cobertura en los móviles, lo que ayudó a que nos concentráramos en la comida y en la tertulia-- por lo que tuvimos ocasión de recorrer los diferentes espacios, desde la barra de la entrada a los diferentes salones, pasando por la cocina abierta donde los cocineros manejaban las sartenes con toda suerte de pasta y salsas, componiendo una magnífica coreografía.


La carta no es demasiado extensa, ni falta que hace: Antipasti, Primi Piatti y Secondi. La estrella indiscutible del restaurante es, cómo no, la pasta. Pasta fresca con ingredientes de gran calidad y buena mano en la cocina. Dimos cuenta de algunas de sus especialidades: fettuccine al tartufo nero, ravioli al fiori di zucca, tonnarelli alla carbonara, maccheroni alla gricia, tonnarelli a cacio e pepe...

[Fettuccine al tartufo nero]
[Ravioli al fiori di zucca]
[Tonnarelli alla carbonara]

También probamos --por recomendación-- la saltimbocca alla romana, otro de los platos más famosos de la cocina italiana, realmente espectacular.

[Saltimbocca alla romana]

Estoy seguro de que no os sorprenderá leer la siguiente frase: los postres son todos caseros y deliciosos. ¡Qué originalidad en la redacción! Compartimos una panna cotta y un tiramisú a cuál más rico.

[Panna cotta]
[Tiramisú]

El personal es muy agradable, capaz de bromear sin perder la corrección. Con amplia experiencia y formación, respondió a todas nuestras preguntas y nos explicó todo lo que quisimos saber. Seguramten haya quien diga que es un lugar ruidoso pero lo que bulle es vida y disfrute de amigos y familiares, romanos y turistas, que comparten mesa, pasta y vino.

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