lunes, 16 de mayo de 2016

Gastroescapada a Bilbao (2 de 3): Atea

El chef Daniel García tiene su propio tridente, como todo equipo de fútbol de principios del siglo XXI que se precie, en Bilbao: Zortziko (el restaurante gastronómico y casa madre, con una estrella Michelin y dos soles Repsol), El Viejo Zortzi (la cocina típica de Daniel García) y Atea (la propuesta más informal, cocina para todos los públicos). Tuvimos ocasión de visitar este último y os lo contamos.


Atea
El local es espacioso y moderno, en madera, donde destacan mesas largas, muy largas, de esas que solemos ver en muchos países del centro y norte de Europa y que transmiten la idea de una comida compartida. La propuesta gastronómica recoge ingredientes y platos tradicionales con elaboraciones y presentaciones más modernas.

[Pan de la Tahona Uribe para Atea]
[Tkacolí Mendraka]

El txacolí es casi el único vino blanco que me disfruto y cuando estoy en el País Vasco "me aprovecho" de ello. En Atea disfruté de un Mendraka, que me pareció fresco y de sabor intenso. Para cenar optamos por dos pintxos como entrantes y un par de principales también para compartir, en nuestro caso, en una mesita para dos de las que rodean el gran espacio de mesas largas de las que hablamos más arriba.

Los pintxos, a mi juicio, se resolvieron de modo irregular. Disfrutamos con un excelente calabacín gratinado relleno de pisto de mar, si bien el mousse de queso Idiazábal esperaba más: me pareció que la ración era demasiado grande para ser un pintxo y que estaba demasiado frío, restándole sabor.

[Calabacín gratinado y mousse de Idiazábal]

Como principales pedimos un arroz de marisco con salsa de langostino y unas láminas de bacalao sobre verduras al wok, ambos buenísimos. El arroz tenía un potente sabor a mariscos, con protagonismo para los mejillones y una salsa cremosa de langostino que nos recordaba levemente al risotto. Las verduras al wok estaban sensacionales, con un aliño potente pero fino. Las lascas de bacalao, de calidad.

[Arroz de marisco, salsa de langostino]
[Láminas de bacalao sobre verduras al wok]

Sí, conseguimos hacerle hueco para algo postre y no nos arrepentimos en absoluto, puesto que la tarta de queso Atea que pedimos nos resultó maravillosa: suave y con ese punto templado que, al menos a mí, tanto me gusta.

[Tarta de queso Altea]

2 comentarios:

  1. No sabía de tu devoción por el txakoli, jeje.
    Habrá que apuntarlo para una próxima gastroescapada por Bizkaia, visitando, por ejemplo, Mendraka en Elorrio y/o quedando con Mikel Garazaibal, entre otras muchas cosas, enólogo de la bodega.

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  2. Iñaki, tengo tantas devociones gastronómicas... y sí, el txakolí es una de ellas. Como estuvimos ayer tuiteando, voy a tener que empezar a buscar fechas para la siguiente gastroescapada, que los planes están más que hechos gracias a Guillermo y a ti ;)

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