martes, 30 de noviembre de 2021

Ta-Kumi, artesanía japonesa

La localización de Ta-Kumi es privilegiada: en pleno centro de Málaga pero en una calle muy poco transitada que sube a la colina dominada por la Alcazaba y Gibralfaro, dos de los iconos de la ciudad. Y si privilegiada es la ubicación y las vistas a la fortaleza construida por los árabes en el siglo XIV, que se puede aprenciar desde su terraza y desde algunas de las mesas de los dos salones, también privilegiado se siente el comensal que buscar cocina japonesa en este templo.


'Ta' (artesano) y 'kumi' (maestro), forman el nombre y recogen la esencia, la filosofía y el alma de este proyecto, con restaurantes en Marbella y Málaga, y dirigidos por Toshio Tsutsui, Emi Noda y Álvaro Arbeloa, ahí es nada. Cocina japonesa de alto nivel con los mejores pescados locales.

Comenzamos nuestra cena para tres compartiendo edamame y disfrutando del aperitivo del día: una brandada de pez mantequilla.


El primer plato fue un espectacular tiradito de pez limón, plato nikkei con un corte del pescado perfecto y un producto que se deshacía en la boca. 


Continuamos, antes de pasar al sushi, con un tartar de toro y trufa con huevo de codorniz. Este corte de la ventresca del atún tiene un aporte de grasa que lo hace único.   


Entre la amplia oferta de sushi, optamos por nigiri de pez mantequilla con trufa y boletus, nigiri de viera, plancton y salsa kabayaki, nigiri de salmonete y miso y toro rollo picante. Elaboraciones tradicionales, pescados de la lonja malagueña, guiños a productos nacionales e incorporaciones de la cocina más actual en estas delicias. Para completar, un bocado excepcional: huevo y wagyu


Tienes la posibilidad de disfrutar de un menú degustación o de ir a la carta, como nosotros, que se abre con unas pocas sugerencias y se divide en entrantes fríos y calientes, una selección de tartares, tatakis y temakis, sigue con el sushi (sashimi hirazukiuri --corte tradicional-- y usuzukuri --corte fino--, nigiris fríos y calientes, gunkan y rolls) y termina con las gyozas, la tempura y los platos de pescado y carne. Una carta más que completa.

Nosotros decidimos terminar con un teppan yaki de magret de pato y verduras con salsa teriyaki.


Ah, el hueco del postre lo rellenamos con el Marfil Pasión, un cremoso de fruta de la pasión y chocolate blanco, digno colofón a tan brillante experiencia.


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