martes, 14 de mayo de 2019

Melancolía de la cucina napoletana

En pleno otoño de 2013 tuve ocasión de pasar varios días en Nápoles impartiendo un curso de formación para profesores de Secundaria y, a pesar de que Gastroasuntos aún no existía, lo que sí tenía vida era mi pasión por la comida. Lucio, mi anfitrión, es un napolitano apasionado de su tierra y gran conocedor de su historia, sus tradiciones, su cultura y, por su puesto, su comida. Hace unos días, en casa de mi madre, encontré un papel arrugado --muy arrugado, tanto que me da hasta vergüenza fotografiarlo para el post-- en el que tenía anotados los nombres de las comidas que probé durante esos días en referencia a las fotos que fui sacando. Era como el boceto de una entrada para un blog que entonces no existía y que hoy, casi seis años después, cobra vida.

Cocina napolitana
Me contaba Lucio que la cucina napoletana es una cocina pobre, con poquísimos platos de carne, y marcada por las culturas y civilizaciones que han pasado por la ciudad. Esta "pobreza" no implica falta de sabor ya que, es sabido, que el hambre agudiza el ingenio.

[Focaccia, prosciutto crudo y mozarella]

Uno de los platos más populares de la gastronomía napolitana es la pasta larga alla vongole, es decir, con almejas, cuya receta tradicional parte de un sofrito de aceite de oliva y ajo, las almejas y vino blanco. Nuestra versión se enriquecía con unos garbanzos y tomates secos.

[Pasta alle vongole]

A comer, al comedor
Por las mañanas aprovechaba para hacer un poco de turismo por la ciudad --el impresionante Museo Arqueológico Nacional, el Duomo, el espectacular Cristo Velato de Giuseppe Sanmarino en la Capilla de Sansevero o la calle de los belenes-- y por la tarde tenía ocasión de impartir los talleres peeeeero... a mediodía nos acercábamos a un pequeñísimo establecimiento que cada día preparaba la pasta del día y, como si fueran lentejas, si quieres las comes y, si no, las dejas, es decir, nada de carta. Así pude disfrutar de unos rigatoni con tomate y alcaparras, de unos penne alla genovese --pasta corta con carne, cebolla, vino blanco y queso-- y de una pasta e ceci, es decir, pasta con garbanzos

[Rigatoni con tomate y alcaparras]
[Penne alla genovese]
[Pasta e ceci]

Además de la pasta del día, como es habitual en muchos hogares italianos, podíamos pedir una porción de frittata di pasta, es decir, tortilla de pasta. Es el recurso más frecuente en Italia para aprovechar la pasta sobrante, algo así como el origen de las croquetas (y de tantísimos otros platos): el aprovechamiento. Cuando la pasta que sobra no tiene salsa, se elabora la frittata di pasta bianca mientras que la frittata di pasta rossa es la que ya tenía salsa de tomate.

[Frittata di pasta]

Pizza margarita
Por supuesto, no podíamos venirnos sin comer una pizza Margheritta, ese icono mundial de la cocina italiana, creación del famosísimo Raffaele Esposito en honor de la reina Margarita de Saboya allá por 1889 y que, con tomate, mozarella y albahaca pinta los colores de la bandera italiana.Y de entrantes unos aperitivos fritos: arancini di riso, palla di riso, supplí, panzerotto...

[Aperitivos]
[Pizza Margheritta]

Dolci
Los dulces también tienen su espacio en la cocina de Nápoles. Tengo que decir que fueron algunas profesoras que asistían a mi curso las que me trajeron, durante las pausas, distintos dulces para que los probara, entre ellos la sfogliatella --tanto frolla como riccia-- y el clásico babá al ron.

[Sfogliatella frolla]
[Babá]

Qué alegría me ha dado escribir esta entrada... y qué nostalgia. De alguna forma he podido revivir sensaciones, imágenes y, por supuesto, sabores auténticos.

2 comentarios:

  1. vaya honor ...todo un placer ...a volver Ramon te esperamos

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  2. El placer fue mío... ¡qué ganas de volver a Nápoles! Un abrazo.

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