Plataforma, del escritor francés
Michel Houllebecq --sin duda, uno de los grandes narradores de la literatura europea contemporánea-- es una novela de amor pero, como no podía ser de otro modo cuando de Houellebecq se trata, no es solo una novela de amor. Es una novela de amor que profundiza en el cinismo de nuestra sociedad consumista; es una novela de amor que trata de los negocios más sucios del ser humano; es una novela de amor en medio de un nihilismo palpitante... pero una novela de amor, al fin y al cabo. Con el turismo sexual como tema central, gran parte de la acción discurre en Tailandia, donde encontramos esta copiosa cena:
La mayoría de los invitados a la cena de Nochevieja eran tailandeses, más o menos vinculados con la industria turística local. Ningún directivo de Aurore estaba presente; el patrón de TUI tampoco había podido desplazarse, aunque había delegado en un subordinado que obviamente no tenía ningún poder, pero que estaba encantado con la limosna. El buffet era exquisito, compuesto por platos tailandeses y chinos. Había pequeños nems crujientes con albahaca y citronela, buñuelos de enredadera de agua, curry de cangrejos con leche de coco, arroz salteado con nueces y almendras, un pato laqueado in creíblemente tierno y sabroso. Se habían importado vinos franceses para la ocasión. Hablé uno minutos con Lionel, que parecía henchido de felicidad. [...]
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