jueves, 6 de febrero de 2020

La Meancera: De vuelta a la joya gastronómica jurdana

Volver a Las Hurdes es siempre un placer y más aún si además de descubrir los magníficos paisajes que presenta esta zona, también podemos disfrutar de la gastronomía autóctona y de calidad que nos ofrece el restaurante La Meancera, situado en la alquería jurdana de El Gasco.  Sin lugar a dudas, la comarca cacereña se convierte en una parada obligatoria para todas aquellas personas que apuestan por un turismo rural y gastronómico a partes iguales.

Si bien nuestra primera visita a La Meancera tuvo lugar durante la época estival, en esta ocasión optamos por conocer los platos que Carlos y Alex nos proponían en su carta de invierno. Todos ellos fieles a la cocina tradicional y apostando por los productos de la tierra. En nuestro caso, permitimos que Alex nos asesora con gran acierto sobre los manjares que hicieron las delicias de un almuerzo exquisito. ¡Comenzamos!

Una tabla de quesos fue la mejor opción para ir abriendo boca. Cabe destacar la calidad de los quesos de Zarza de Granadilla, así como los elementos que acompañaban a la sencilla degustación: una melosa carne de membrillo y polvo de torrezno. Una combinación excelente para un producto tan gustoso como es el queso.


El siguiente entrante consistía en una fresca ensalada de ventresca de atún de primera y no es para menos, si tenemos en cuenta que es en el propio restaurante donde se realiza la conserva del atún a partir de su envasado en aceite de oliva elaborada en la comarca. El frescor de este colorido plato lo aportaban el estupendo aliño y la armoniosa combinación de frutas y verduras.


A continuación, y también como parte de los entrantes, degustamos el que probablemente fue el  gran -y delicioso- descubrimiento del día: paté de cabrito casero acompañado por un mojo de pimientos del piquillo y virutas de torrezno. De sorprendente sabor y textura, no nos dejó indiferente.


Antes de pasar a los primeros tuvimos el gusto de probar un arroz campero con verduras. La combinación de estas con un buen pimentón de la vera y con el toque final que le aportaba el limón convertían este sencillo plato en una delicia con un perfecto punto de cocción.


Y llegó el turno de los platos fuertes, el de las suculentas carnes, como la tierna pierna de cabrito al horno bañada en una deliciosa salsa, la excepcional parrillada mixta a la piedra, así como la exquisita guarnición de patatas asadas con jamón. Todo ello regado por una buena botella de vino tinto de la ribera del Guadiana, Paiva.


Como colofón, y como no podía ser de otro modo, llegó el postre. Consistente en una original tarta de queso y una golosa tarta de castañas con base de higos que hizo las delicias de los más dulceros.


.... La autora de este post, Inés Gordo, es colaboradora habitual de Gastroasuntos y viajera impenitente, cuyas experiencias recoge en su blog La patria en mis talones y en su cuenta de Instagram.

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