La experiencia se puede vivir de dos modos: a la carta --con dos formatos: tapas individuales o raciones para compartir-- o con uno de los dos menús degustación. Nosotros optamos por la primera y comenzamos por un pan de coca con tomate, buenísimo, y con uno de los iconos del establecimiento: chip de espiral de patata con alioli espumoso, pimientos del padrón y sofrito picante. A destacar la textura de la patata y, sobre todo, la espuma de alioli, que nos cautivó.
[Chip de espiral de patata con alioli espumoso, pimientos del padrón y sofrito picante] |
Seguimos con un steak-tartar a cuchillo ligeramente ahumado con nieve de foie-gras a la sal, helado de mostaza y manzana verde. Un plato muy equilibrado en el que tienen un cuidado protagonismo producto y técnica al servicio del primero. Sabores, texturas y temperaturas en contraste.
[Steak-tartar a cuchillo ligeramente ahumado con nieve de foie-gras a la sal, helado de mostaza y manzana verde] |
Top, cumbre, sublime, excepcional... cualquiera de estos adjetivos se queda corto para describir la vieira asada con salsa de calamar, huevas de lumpo, tempura frita y salicornia. ¡Qué potencia de sabores del mar! ¡Qué carne más suave y jugosa! ¡Qué interesantes toques crujientes y yodados!
[Vieira asada con salsa de calamar, huevas de lumpo, tempura frita y salicornia] |
La última tapa fue brioche frito y ahumado de costilla ibérica con patatas Deluxe y ketchup casero. Divertida presentación de una tapa que, en solo dos bocados, te llena la boca de sabor.
[Brioche frito y ahumado de costilla ibérica con patatas Deluxe y ketchup casero] |
Si difícil es elegir entre tantas tapas y raciones, no menos complejo es escoger el postre. Nuestra elección --muy, muy recomendable, sin duda-- fue una delicada cheescake de coco, mango y sorbete de limón, muy sabrosa y muy fresca, ideal para terminar esta comida informal de un caluroso agosto barcelonés.
[Cheescake de coco, mango y sorbete de limón] |
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