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jueves, 28 de febrero de 2019

La Sole, el Pimpi del siglo XXI

En un enclave privilegiado de Málaga, punto de encuentro de las culturas milenarias que ha ido pasando por la ciudad y, por tanto, configurando su identidad --fenicios, romanos, árabes, judíos, cristianos-- y apadrinada por uno de los iconos gastronómicos de la capital --El Pimpi-- encontramos a La Sole, sol y poesía en la mesa.

La cocina de La Sole del Pimpi hunde sus raíces en el Mediterránea y viaja hasta Japón para traer técnicas y elaboraciones niponas para resaltar el sabor a Málaga de sus mangos, aguacates, vinos dulces o almendras.


El interiorismo es obra del estudio EmeAlCubo, que han dejado su sello propio creando una atmósfera en la que la madera dota de calidez a una salón circular que, a modo de sol, lanza sus rayos para integrar un gran espacio diáfano. La barra semicircular domina la sala e invitan a pedir unos cócteles. Mesas funcionales, sillas cómodas y servicio de inspiración asiática.


La carta de La Sole del Pimpi tiene dos partes de entradas: las entradas --platitos fusión: tataki con shiso, magret de pato a baja temperatura con teriyaki o tartar de atún de Barbate con aliños japoneses picantes- y las entradas clásicas --ensaladilla rusa, ensaladilla malagueña, ensalada de pimientos asados con ventresca, berenjenas fritas con miel de caña o croquetas de puchero--. 

Optamos por un par de entradas clásicas puesto que íbamos con visita y queríamos que probaran algunos platos locales típicos, decantándonos por la ensaladilla malagueña --con la vinagreta de naranja emulsionada-- y por los huevos rotos con chanquetes --pez platino-- y pimientos asados.


No quisimos dejar pasar la oportunidad de probar algo de la carta de sushi, donde es más que evidente la fusión malagueñojaponesa. Probamos la Salmón Montés --rollo de aguacate, cubierto de salmón, queso de cabra aburi, mango y curry rojo-- y el Dulce de la Axaquía --rollo de aguacate de la Axarquía, cubierto de atún y foie caramelizado, teriyaki de Pedro Ximénez y almendra crujiente--. Muy interesantes.


La carta se completa con una gran selección de ibéricos, pescados y carnes, entre las que probamos el solomillo ibérico de bellota a la parrilla con salsa de mostaza y verduritas.


De la carta de postres optamos por la tarta de queso viejo con helado de mango --una tarta de queso para los que les gusta el queso--y un sensacional mousse de mango, mermelada de fruta de la pasión y bozcocho de cacao amargo



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