"Lo que no se nombra no existe".
George Steiner.
“El mundo era tan reciente, que muchas cosas
carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo”.
Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad.
carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo”.
Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad.
Confieso que he disfrutado muchísimo preparando este artículo. Me ha encantado escuchar a chefs y propietarios de nuestros restaurantes favoritos contándonos el porqué del nombre que llevan sus espacios gastronómicos porque hay historias para todos los gustos. Decía el crítico y filósofo George Steiner que lo que no se nombra no existe pero en lo que no ahondó fue en lo difícil que debe de ser elegir el nombre.
El abanico de motivos que se esconden detrás de estos nombres va desde la casualidad a querer transmitir una idea, pasando por la herencia, la diversión, motivos familiares o historias personales. Estamos convencidos de que conocer estas razones nos hará más cómplices y conseguirá que nos sintamos más cercanos a los propios restaurantes y sus equipos.
Almijara Casual Bar
José Andrés Jiménez, chef y propietario de Almijara Casual Bar nos cuenta que "Almijara nace en el año 1989 de la mano de Juan Manuel Castillo, que fue mi jefe desde que yo tenía 13 años y hasta que se retiró, cuando pasé yo a dirigirlo. Este señor es de Alhama de Granada y su mujer de Periana, de ahí que Almijara tenga el nombre de esa sierra".
Recientemente, como seguramente sepáis, ha habido una renovación en cuanto al concepto y la imagen, que quisieron reflejar con el cambio del logo: "lo que hicimos --sigue explicando José Andrés-- fue darle imagen al nombre con todas las transformaciones que ha pasado Almijara hasta la actualidad. Casual porque vamos huyendo de la palabra gastrobar y porque entendemos que te vas a encontrar algo diferente, un tapeo de más calidad pero en un ambiente informal". Si nos fijamos en la tipografía del propio nombre en la nueva imagen, se puede ver cómo hay una cierta separación ALMI JARA entre las letras, donde hemos querido representar las dos etapas y la evolución de Almijara".
Del barrio de El Perchel nos vamos al centro y, en calle Mariblanca, José Antonio Moyano nos explica que Alexso nace de la fusión de los nombres de de sus hijos: su hijo mayor se llama Alejandro --Alex-- y su hija Sofía --So--, con ello "intentamos trasmitir en nuestro negocio el amor que tenemos hacia ellos, por eso le dedicamos todo el tiempo necesario y queremos ser tan detallistas".
Restaurante La Antxoeta
Seguimos nuestra ruta y nuestros pasos nos llevan al Soho, donde Pablo Caballero nos espera en La Antxoeta para contarnos la historia del nombre de su restaurante: "Al principio no sabía cómo ponerle, no encontraba un nombre que me gustara y, sobre todo, que me dijera algo, así que un amigo me dijo fuera algo que tuviera una historia detrás, así que empecé a darle vueltas. Un día me vino a la mente que de pequeño, los domingos antes de comer en casa de mis padres, hacíamos el aperitivo que eran anchoas o boquerones en vinagre con unas patatas fritas y ahí empecé a hilar la historia".
Veamos, Pablo Caballero estuvo un tiempo en Bilbao donde conoció a Iñaki, "el primer jefe de cocina que tuve y el me enseñó de que iba esto de la cocina". "Allí se come mucha anchoa y ahora estoy en Málaga, el sitio del boquerón por excelencia... y una anchoa es un boquerón trasformado... ¡me parecía que era como cerrar un círculo y, al mismo tiempo, era como hacerle un pequeño homenaje a Iñaki al elegir la escritura con 'tx' y, al mismo tiempo, a esos aperitivos en casa de mis padres. Y La Antxoeta porque el nombre sonaba mejor que La Antxoa. Esa es la historia."
Taberna Uvedoble
"Pues Uvedoble viene de Willie", así de sencillo. Willie Orellana nos confiesa que se pensaron muchos nombres: "estuvimos meses decidiendo en familia cuál poner y al final se quedó este. Aunque alguna gente sigue diciendo Dobleuve".
Si bien es difícil imaginarse este emblemático local del centro de la capital malagueña con otro nombre, hemos de confesar que el "nombre finalista" también nos encanta: "Teníamos otros nombres y la decisión final estuvo entre Pan de pobre, que es una planta que echa una especie de flores comestibles, y Uvedoble".
Sobre la propuesta gastronómica de su local nos explica Willie que "en los tiempos que abrimos estábamos en plena crisis y el formato de cocina que hicimos se asemejaba mucho a los gastrobares pero no queríamos usar un nombre tan machacado como ese por lo que nos inclinamos por 'taberna' que siempre suena más reconfortante, suena a casero..."
Restaurante Cávea
El equipo de Cávea, comandado por Alberto Molina, nos ponen en la pisa del origen del nombre: "a la hora de buscar nombre queríamos que tuviese que ver con el teatro ya que estamos enfrente del teatro Echegaray". Fue una amiga quien sugirió varios nombres, entre ellos, 'Cavea' cuyo significado "a pesar de estar lejos del Teatro Romano nos pareció un nombre que tenía que ver con el teatro y con el que podíamos jugar a la hora de elaborar nuestras cartas, señalando las partes de la misma a semejanza de las de la cávea, que es el nombre latino del graderío de los teatros romanos". Esa idea es la que se ha tratado de transmitir en el mismo logo.
Aire Gastrobar
"Desde el principio manejamos la posibilidad de la palabra, sola o entrando en la formación de otras, por su simplicidad y fácil recuerdo. Nos parecía una palabra limpia y neutra que se potenciaba al añadirle Gastrobar". Así comienza la explicación que Pepo Frade nos da de la elección de Aire para su gastrobar. "Por otra parte --continúa el chef y propietario de esta referencia gastronómica de la capital, situada en La Malagueta--, cuadraba perfectamente con nuestra propuesta gastronómica por aquello del aire andaluz y mediterráneo. Y así entendemos que es, porque en nuestras elaboraciones y bodega prima el producto local, que se reinterpreta una y otra vez, haciendo un guiño constante a los platos y vinos malagueños. Ejemplo y reflejo de ello es nuestra Biznaga Malagueña, entre cuyos ingredientes están presentes el mango de la Axarquía, las almendras y vino dulce de Málaga". Toda una declaración de intenciones y, además, "estamos satisfechos del resultado". ¡Y nosotros!
Niña Bonita Cantina
La historia más emocionante es, sin duda, la que nos contó Reyna Traverso Hackshaw, sobre su Niña Bonita, en el Soho: "Se llama así por una historia muy personal. Superé un cáncer de cuello de útero y para ello me hicieron una histerectomía radical, lo que quiere decir que me extirparon todo el aparato reproductor. Tengo dos hijos varones, guapísimos, y para no quedarme con ganas de la niña... le llamé Niña Bonita". Precioso y cargado de significado. La casualidad, añade la chef de origen panameño, es que nuestra inauguración fue un 15 de diciembre. El quince, la niña bonita... ¿casualidad?, ¿destino?... ¡vida!
Restaurante Palodú
Cristina Cánovas es, junto a Diego Aguilar, el alma del restaurante Palodú --en Teatinos-- y es quien nos cuenta la historia del nombre de su establecimiento: "Al terminar en La Cónsula nos mandan siempre un proyecto de fin de curso. Yo no tenía ni idea de qué nombre le iba a poner así que empecé a decirle a toda mi familia que pensasen en nombre pero yo tenía claro que quería un nombre malagueño, es más, un nombre que les recordase algo... se lo dije a mi abuela, a mi tía... y un día mi padre me dijo: 'Cristi, cuando yo era chico, cuando salía con mis amigos o iba al campo comía mucho el palodú'. ¿Palodú, palodú qué es?, le pregunté yo. Mi padre me explicó qué era eso que yo nunca había escuchado y me pareció, primero, un nombre muy bonito y, además, muy malagueño. Es una palabra que tiene varias formas. En Málaga se usa 'paladú' y 'palodú', pero a mí me gustó más el segundo, y así se quedó".
Cuando Cristina me contó la historia fue como si me la contara yo mismo puesto que mi padre, mi madre y mis tíos también me han hablado mucho del palodú, de lo que les gustaba. Ahora entiendo esa debilidad que siento por el trabajo de Cristina y Diego... si es que todo tiene una explicación.
Hasta aquí la primera parte. Para la segunda os anticipamos que tendremos que viajar hasta a África e Indonesia, poner un disco de Vetusta Morla, desempolvar nuestros conocimientos de latín, hacer un ejercicio de composición de palabras en inglés y algunas cosas más para conocer los orígenes de los nombres de otros restaurantes de esos que nos tienen enamorados.
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