Cuando hablas con José Andrés todo te parece sencillo. Hasta lo que hace te resulta fácil. "Lo que queremos es dar de comer a los que vienen y que les guste lo que hacemos", nos comentaba en la pequeña cocina donde cada día hace magia. ¿Se puede resumir mejor el propósito de un cocinero? Pero lo que ha hecho José Andres y su equipazo en Almijara es para quitarse el sombrero. Trabajar, estudiar y cocinar.
La carta de Almijara Casual Bar tiene de todo pero, sobre todo, tiene un producto de altísima calidad. Su cocina son platos de cuchara, clásicos con toques internacionales, tradición con elaboraciones vanguardistas en su justa medida, técnica con sentido y criterio desde el respeto al producto y cariño, mucho cariño.
Y hablando de producto, qué mejor que comenzar con una tabla de embutidos y quesos de cabra malagueña.
Vuelvo al principio. En Almijara todo parece fácil, como fácil es adivinar que el resultado de una ecuación cuyos elementos son un producto de calidad, una buena cocina, trabajo a espuertas y trato cercano a la vez que profesional sea la excelencia.
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