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miércoles, 30 de mayo de 2018

La Niña Bonita de Málaga tiene acento mexicano

El Soho malagueño está on fire y, desde hace unos meses, la chef de origen panameño Reyna Traverso está echando más leña al fuego desde su cantina mexicana Niña Bonita, en el número 6 de la calle Martínez Campos. Cantina o antojería, este sencillo local ofrece la cocina mexicana más auténtica y artesanal, modo en que se realizan todas las elaboraciones de la carta.

Formada en México, ha desarrollado gran parte de su carrera en Málaga, en lugares tan emblemáticos como El Lago (Marbella), El Pimpi o La Deriva, antes de embarcarse en su propio proyecto, con el que transmite su pasión por la cocina mexicana a todos los visitantes.

[Niña Bonita, en el Soho]

Sin artificios, el local te lleva a México sin necesidad de forzar la decoración. Espacio reducido pero cómodo y acogedor, con el incentivo de un exquisito trato del personal de sala y de la propia Reyna, que se preocupa de saber cómo va todo, se esfuerza en que el comensal entienda la carta, explica las elaboraciones y las adaptaciones que realiza cuando cierto ingrediente mexicano debe ser sustituido por algún producto local o por el dictado del mercado y la temporada y que, incluso, tiene en cuenta los ritmos de cada mesa.

[Niña Bonita, sala]
[Carta de platos]
[Carta de cócteles]

Disfrutamos mucho de la cena, que abrimos con unos cócteles --Aperol Sritz, margaritas-- a los que acompañaba un aperitivo de queso levemente picante. Hay que decir que el picante lo aportan salsas variadas que ofrecen aparte, para que cada comensal elija qué dosis de pique quiere aportar a su plato.



La variada carta se organiza en Entrantes, Antojitos y tacos, Principales y Postres. Comenzamos por unos tacos de cochinita pibil con salsa Xinepic (cebolla morada y chile habanero) realmente excelentes. Las tortitas las presenta en una suerte de fundas protectoras que mantienen la temperatura y que recuerdan los guantes de horno de nuestras casas.

[Tacos de cochinita pibil con salsa Xinepic]

Continuamos compartiendo un aguachile verde --pepino, cilantro-- de langostinos servido con tostas de maíz y aguacate que la propia chef se encarga de explicar cómo debemos montar. El manipulado de los ingredientes te permite --además de aprender (algo que nos encanta)--, conocer los ingredientes y encontrarles sentido en el bocado, así como personalizarlo con mayor o menor cantidad de unos u otros y que cada tortita con aguachile sea diferente.

[Aguachile verde de langostinos]

Uno de los platos estrella son las gorditas rellenas de cerdo confitado, lechuga en julianas, pico de gallo, guacamole y salsa roja. La gordita se elabora con masa de maíz y recuerda a las arepas venezolanas o al pan bao chino aunque en este caso se fríen. Es uno de los bocados más populares y auténticos del street food mexicano.

[Gorditas rellenas de cerdo confitado, lechuga en julianas,
pico de gallo, guacamole y salsa roja]

Y acabamos compartiendo, como principal, un manchamanteles al estilo Michoacán, con mole afrutado. Con chile ancho y chile guajillo, el protagonismo se le otorga al dulzor de las frutas --manzana, batata, piña y plátano macho--.

[Manchamanteles al estilo Michoacán]

Estamos en el punto de querer seguir probando platillos puesto que la carta es muy sugerente. No obstante, optamos por poner punto final con un postre. Elegir entre los tres que proponen --pastel de queso con ate de guayaba, pastel de crepas de chocolate y tres leches con helado de caramelo salado-- no es tarea sencilla. Elegimos el último, un bizcocho empapado el leche dulce y cítricos, verdaderamente recomendable.

[Tres leches con helado de caramelo salado]

Nos han quedado varios platos pendientes de los que daremos cuenta en próximas visitas. Un restaurante que eleva el nivel de las propuestas gastronómicas internacionales de Málaga y que es un puro disfrute tanto para el amante de la comida mexicana como para quien quiera descubrirla de la experta mano de Reyna y su equipo.

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