En los bajos del Hotel Ohla de Barcelona nos encontramos un espacio gastronómico que combina la elegancia con la informalidad. Los amplios ventanales que dan a la calle Comtal y a la Via Laietana, los cómodos asientos y las mesas pequeñas que circundan la barra le confieren ese toque de relax que necesita en turista de la Ciudad Condal. Ese espacio es
La Plassohla, adelante.
|
[Ventanal principal de La Plassohla, en Via Laietana 49] |
La propuesta gastronómica está pensada
para picar y compartir platos, conservas, raciones y medias raciones. Nosotros decidimos comenzaar nuestra parada a mediodía, tras la visita a la Sagrada Familia y el pateo correspondiente por la ciudad, con unas navajas. Todas las conservas vienen con un acompañamiento, en este caso fue de tostadas de olivada y cítricos.
|
[Navajas] |
|
[Tostadas de olivada y cítricos] |
Y tres platos calientes: unas
bolas de Idiazábal fritas y jugo de pollo asado, cremosas y sabrosas, unas
patatas bravas (y picantes, que últimamente se está extendiendo una moda --una manía, más bien-- de servir patatas bravas que no pican) y un
arroz de setas y espárragos a la brasa.
|
[Idiazábal con jugo de pollo asado] |
|
[Patatas bravas] |
|
[Arroz con setas y espárragos verdes] |
Nos parece un lugar bastante interesante, como hemos apuntado, para hacer parada y fonda durante la visita a
Barcelona y disfrutar de una comida o una cena a basar de compartir raciones entre varias personas y huir de esos menús del día a precios desorbitados que se ofrecen en cualquier esquina y aprovechar una región con excelente materia prima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario