En las gastroletras de este mes se dan la mano uno de los más grandes escritores de la historia de la Literatura: Ernest Hemingway; una de las estrellas de la cocina internacional: las ostras; y una de las obsesiones del ser humano: la búsqueda de la felicidad. Todo converge en estas líneas de una obra imprescindible:
París era una fiesta:
Comiendo las ostras con su fuerte sabor a mar y su deje metálico que el vino blanco fresco limpiaba, dejando sólo el sabor a mar y la pulpa sabrosa, y bebiendo el frío líquido de cada concha y perdiéndolo en el neto sabor del vino, dejé atrás la sensación de vacío y empecé a ser feliz y a hacer planes...
.... En este libro, el autor norteamericano cuenta sus experiencias junto a la que era su esposa, cuando eran "muy pobres pero muy felices" (mítica descripción). Esta obra ha dado lugar a otras grandes creaciones como
París no acaba nunca (Enrique Vila-Matas) o
Midnight in Paris (Woody Allen).
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