Alejandro, junto a Sergio del Río y Rui Junior, son responsables de hacer más japonesa la cocina mediterránea o, si lo prefieren, de darle aires asiáticos a la gastronomía local, con propuestas como Misuto, Óleo o Soca. Fideo Ramen es el único de estos restaurantes que, al menos de momento, no ofrece sushi en su carta. El proyecto se ha ido fraguando durante casi un año hasta que ha conseguido ver la luz por lo que los platos brillan desde el primer momento.
En el número 17 de calle Barroso nos encontramos un local de decoración sencilla a la par que elegante, destacando la desnudez y el minimalismo. Una mesa larga en el centro de la sala, mesitas pequeñas bajas y altas en diferentes zonas y una llamativa barra ayudan a la creación de diferentes espacios y ambientes. Para entrar, puerta corredera al estilo nipón.
Ya hemos comentado en algunas ocasiones que nos gustan mucho las cartas reducidas y que ayudan al comensal a pedir, en oposición a aquellas en las que hay que pasara páginas y páginas que acaban por agobiar nada más sentarte a la mesa. Fideo Ramen propone una veintena de platos --más varias sugerencias fuera de carta-- clasificados en Pasatiempo, Viajando, Baos, Ramen y Fin, además de los postres.
Influencias de diversas cocinas asiáticas tienen cabida en la carta de Fideo Ramen. Vietnam y China se hace presente en los nem de panceta con hierbas frescas y salsa hoisin; Japón es protagonista de la costilla crujiente de cerdo con salsa ligera teriyaki y de las alitas de pollo kaarage (marinadas con soja, ajo y jengribre y fritas con una ligera tempura) con mayo de yakiniku y yuzu kosho para darle un leve toque cítrico y picante.
Nos pareció muy original la combinación de dos iconos de la cocina japonesa como son las gyoza y el okonomiyaki. Las gyozas de cerdo se esconden bajo una finísima y crujiente versión del okonomiyaki que nos recordaba a las tortillas de camarones. La mezcla de sabores tan marcados con los del relleno de las empañadillas al vapor y el de las salsas del okonomiyaki así como el juego de texturas son realmente sorprendentes.
[Nem de panceta] |
[Gyozas estilo okonomiyaki] |
[Alitas kaarage] |
[Costilla crujiente] |
Seguimos viajando hasta la sección de baos, esos panecillos al vapor originarios de Taiwán y que tan populares se han hecho en los últimos tiempos: shell crab --cangrejo en tempura con ensalada de col y mayonesa de ostras--, pork belly --panceta con salsa hoisin, sunomono de pepino y cebolla crujiente y burger bao --hamburguesita de buey con shiso y mayonesa japo--, excelentes, finísimos.
[Shell crab] |
[Pork belly] |
[Burger bao] |
Ramen
El ramen es el protagonista del restaurante. Debido a la llegada del calor, en nuestras visitas hemos optado el el hiyashi --la versión fría y sin caldo-- con salsa tare, pato crujiente, maíz asado y hojas de mizuna (perdonad que no haya foto) y, fuera de carta, el hiyashi con tartar de atún aguacate y trufa.
[Hiyashi] |
Fin del viaje
Para terminar el viaje (antes de los postres) disfrutamos del katsu curry: carne de cerdo --ibérica, que conste-- empanada en panko sobre una cama de arroz y salsa de curry japonés. Muy aconsejable.
[Katsu curry] |
Postre
Para rematar, otro gran ejemplo de la cocina fusión que propone Fideo Ramen: mochi brownie, relleno de plátano. Y algo más de aquí: piña asada con espuma de coco y sopa de maracuyá, una forma muy fresca de terminar la comida.
[Mochi brownie] |
[Piña asada] |
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